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HOMENAJE DEL MES

MAYO: HOMENAJE A LUCIEN FEBVRE

BIOGRAFIA
Lucien Febvre (Nancy; 22 de julio de 1878 - Saint-Amour, Jura; 26 de septiembre de 1956) Fue uno de los más importantes historiadores franceses, conocido por el papel que él jugó en el estableciendo de la escuela de los Annales.
Febvre fue influido tempranamente por la obra de Vidal de la Blache durante su estadía en el École Normale Supérieure (1899-1902), y ganando su doctorado en historia en 1911, después de deender su tesis de Felipe II el Segundo y el Franco Condado. Poco tiempo después adquirió una posición en la Universidad de Dijon.
Febvre luchó en la Primera Guerra Mundial, e inicio sus actividades en la Universidad de Estrasburgo en 1919, cuando la provincia volvió a dominio francés. Trabajaba allí en 1929, cuando él y Marc Bloch fundaron la publicación Annales d’histoire, economique et sociale, del que salió el nombre de su estilo distintivo de hacer historia. En 1933 Febvre consiguió cátedra en el Colegio de Francia.
Publicó muchos títulos durante los años 1930 e inicios de los 1940, pero la Segunda Guerra Mundial interrumpió su trabajo. La guerra también produjo la muerte de su amigo y colega Marc Bloch de parte de los alemanes, y Febvre se convirtió en el hombre que dirigió la escuela de los Annales en el periodo de la post-guerra, siendo su mayor discípulo y continuador de los Annales, el historiador Fernand Braudel.
Febvre murió en 1956.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Lucien_Febvre"

******************** UN TEXTO DE SU PLUMA *******************
Lucien Febvre
Combates por la historia

"Si a la hora de reunir estos artículos elegidos entre tantos otros hubiera pensado en erigirme algún monumento habría titulado el compendio de otra manera. Puesto que a lo largo de mi vida he fabricado, y pienso seguir fabricando todavía, unos cuantos muebles sólidos, de los que amueblan la historia --que habrán de servir, al menos provisionalmente, para guarnecer ciertas paredes desnudas del palacio de Clío--, debería llamar Mis virutas a estos restos de madera que al pasar el cepillo han quedado amontonados al pie del banco.
Pero si los he recogido, no ha sido en absoluto para recrearme en esas obras cotidianas, sino para prestar algunos servicios a mis compañeros, principalmente a los amás jovenes. en consecuencia, el título que he escogido recordará lo que siempre hubo de militante en mi vida. No será Mis combates, claro que no; nunca he luchado en favor mío ni tampoco contra tal o cual persona determinada. Será Combates por la historia, ya que por ella he luchado toda mi vida.
Por lejos que me remonte en mis recuerdos me veo como historiador por gusto y por deseo, por no decir de corazón y de vocación." p. 5

"... Ahí están mis maestros, mis verdaderos maestros. a los que más tarde , entre los dieciséis y los veintún años, habrá que añadir: Elisée Reclus y la profunda humanidad de su Geografía Universal, Burckhardt y su Renacimiento en Italia; Corajoud y sus lecciones en la escuela del Louvre sobre el renacimiento borgoñón y el francés a partir de 1910, el Jaurés de la Historia del socialismo, tan rica en intuiciones económicas y sociales; y, por último, Stendhal, sobre todo el Stendhal de Roma, Nápoles y Florencia, de las Memorias de un turista, de la Correspondencia: "invitaciones a la historia psicológica y sentimental", que durante años estuvieron sobre mi mesita de noche. Las descubrí casi por azar, en aquellos lejanos tiempos, malvendidas por Colomb e impresas por Calmann en papel de envolver, con viejos tipos....
Esa fue "mi alma de papel". Junto a ella, mi alma campestre y rústica: la tierra fue para mí la obra maestra de historia. Los veinte primeros años de mi vida transcurrieron en Nancy; y allí mis recorridos por la espesa arboleda de los bosques de Haye, descubriendo uno tras otro, claramente perfilados, los horizontes de las costas y de los llanos de Lorena, reuní un puñado de recuerdos e impresiones que no abandonaran nunca...recuerdo el tufo del cuero viejo, el acre olor de los caballos sudados, el alegre tintineo de los cascabeles y el chasquido de látigo a la entrada de los pueblos..." pp.6-7
"....Así pues, solo en la liza, trabajé lo mejor que supe.
Algunas de las cosas que en estos cincuenta años he podido decir, y que parecían aventuradas cuando las formulaba por vez primera, ya son un lugar común. otras siguen siendo discutidas. La suerte del pionero es bien engañosa: o bien su generación le da razón casi inmediatamente y absorbe en un gran esfuerzo colectivo su esfuerzo de investigador aislado, o bien su generación resiste y deja que la generación siguiente haga germinar la semilla prematuramente lanzada en los surcos. Ahí está la causa de que el éxito prolongado de ciertos libros, de ciertos artículos, sorprenda a su autor: no encontraron su verdadero público hasta diez o quince años después de su publicación, cuando les llegaron ayudas externas....pp. 8-9"
"...¡Ojalá estas páginas que guardan relación entre sí, y por ello espero que sean tanto más expresivas, puedan servir a las causas que me son tan caras! en estos años en que tantas angustias nos oprimen no quiero repetir con el Michelet del Peuple: "Jóvenes y viejos estamos fatigados". ¿Los jóvenes, fatigados? Espero que no. ¿Los viejos, fatigados? No lo deseo. Por encima de tantas tragedias y transformaciones, en el horizonte lucen amplias claridades. En la sangre y el dolor se engendra una humanidad nueva. Y por tanto, como siempre, una historia, una ciencia histórica a la medida de tiempos imprevisibles va a ancer. Yo deseo que mi esfuerzo haya sabido adivinar y abrazar sus directrices por adelantado. Y que mis arroyos puedan aumentar su torrente."
Le Souget, Navidad de 1952.pp. 10-11
"La historia es la ciencia del hombre, ciencia del pasado humano. Y no la ciencia de las cosas o de los conceptos. Sin hombres ¿quién iba a difundir las ideas? Ideas que son simples elementos entre otros muchos de ses bagaje mental hecho de influencias, recuerdos, lecturas y conversaciones que cada uno lleva consigo. ¿Iban a difundirlas las instituciones, separadas de aquellos que las hacen y que, aun respetándolas, las modifican sin cesar? No, solo del hombre es la historia, y la historia entendida en el más amplio sentido. ...La historia es ciencia del hombre; y también de los hechos, sí. Pero de los hechos humanos. La tarea del historiador : volver a encontrar a los hombres que han vivido los hechos y los que, más tarde, se alojaron en ellos para interpretarlos en cada caso.
Y también los textos. Pero se trata de textos humanos. Las mismas palabras que los forman están repletas de sustancia humana. Todos tienen su historia, suenan de forma diferente según los tiempos e incluso si designan objetos materiales; sólo excepcionalmente significan realidades idénticas, cualidades iguales o equivalente.
Hay que utilizar los textos, sin duda. Pero todos los textos. Y no solamente los documentos de archivo en favor de los cuales se ha creado un privilegio: el privilegio de extraer de ellos, como decía el otro, (5) El físico Boisse. Un nombre, un lugar, una fecha, un nombre, un lugar, todo el saber porisitvo, concluía, de un historiador despreocupado por lo real. También un poema, un cuadro, un drama son para nosotros documentos, testimonios de una historia viva y humana, saturados de pensamiento y de acción en potencia...
está claro que hay que utilizar los textos, pero no exclusivamente los textos. También los documentos, sea cual sea su naturaleza: los que hace tiempo que se utilizan y, rpinciplamente, aquellos que proporciona el feliza esfuerzo de las nuevas disciplinas como la estadística, como la demografía que sustituye a la genealogía, en la misma medida, indudablemente, en que demos reemplaza en su trono a los reyes y a los principes; como la lingüística que proclama con Meillet que todo hecho lingüístico pone de manifiesto un hecho de civilización; como la psicología que pasa del estudio del individuo al de los grupos y las masas. Y tantas otras disciplinas. Hace milenios que el pólen de los árboles forestales cayó en los cenagosos pantanos del norte.Hoy, un Gradmann , examinándolo con el microscopio saca de ese hecho el fundamento de apasionantes estudios sobre el poblamiento antiguo que la ciencia del hábitat humanos debe confesarse impotente de realizar --aun añadiendo a los datos de los textos el estudio de los nombres de los lugares o el de los vestigioas arqueológicos--. Ese polen milenario es un documento para la historia. La historia hace con él su miel, porque la historia se edifica, sin exclusión, con todo lo que el ingenio de los hombres pueda inventar y combinar para suplir el silencio de los textos, los estragos del olvido....
Negociar perpetuamente nuevas alianzas entre disciplinas próximas o lejans; concentrar en haces sobre un mismo tema la luz de varias ciencia heterogéneas: ésa es la tarea primordial, la más urgente y la más fecunda, sin duda, de las que se imponen a una historia que se impacienta ante las fronteras y los compartimientos estancos..." pp. 30-31

(1) Febvre, Lucien, Combates por la historia, Colección Obras Maestas del pensamiento contemporáneo, Nro. 28, Planeta Agostini, Barcelona, 1993

Obtenido de "http://www.zingerling.com.ar/obras/historiadoresmundiales/lucienfebvre"

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